Calidad con C de Cultura

En la búsqueda de la excelencia a menudo nos aferramos a la idea de que necesitamos aplicar procesos, obtener ratios, mediciones, conseguir distinciones, etc.

Todo ello resulta muy útil y necesario, por supuesto, pero nos olvidamos de nuestro factor diferenciador, LA CULTURA.

La CULTURA empresarial es el reflejo de los valores, creencias y comportamientos de todas aquellas personas que forman parte de una organización. La Cultura define quienes somos, es nuestro latido, refleja como afrontamos el día a día, como nos enfrentamos a los problemas y llegamos a dar solución a los mismos, es nuestra actitud como empresa, es nuestro factor diferenciador.

Al igual que la vida misma la cultura es un concepto dinámico, se va adaptando o cambiando según nuestras necesidades o evolución, lo cual nos lleva a tener que estar en constante movimiento, aprendizaje y observación que repercute en nuestra mejora continua para conseguir la máxima calidad. (eso es lo que andábamos buscando ¿no?)

Si definimos una buena cultura empresarial automáticamente ( es decir, con esfuerzo y constancia diaria ) afecta al producto que ofrecemos en todas sus versiones.

Sin duda necesitamos de los procesos y tecnologías, pero para poder crecer es necesario empezar de dentro hacia fuera. Saber ofrecer aquello que queremos y como lo queremos es vital para el posterior desarrollo y crecimiento de nuestra empresa.

Por ello, definir la misión, visión, valores y sentirlos, comunicarlos, inculcarlos día a día es el primer paso para llegar a esa deseada excelencia diferenciadora que tanto anhelamos.

La calidad empezó en los procesos pero su término ha ido evolucionando y englobando diferentes áreas hasta llegar a los servicios, aquí el CORE son las personas.

Algunos de los beneficios de asentar una buena cultura empresarial son:

  • Aumenta el sentido de pertenencia lo cual refuerza la identidad de marca – no nos olvidemos que “ la cultura es marketing”.
  • Genera un ambiente de equipo saludable y coherente lo cual se transmite al consumidor final.
  • Genera una sensación de seguridad lo que fomenta la motivación del mismo modo que se convierte en el escaparate perfecto para la atracción de talento

La calidad se construye desde dentro